¡Qué delicioso debe ser apeidarse Limón!, tener una sonrisa dulce escarchando un apellido amargo. Al contrario de Piña, que escalda la voz al recordarlo, Limón es un apellido sencillo y puro, lo que lo vuelve grácilmente excelso.
(texto editado, corregido, cagado y pisado por Flor)
Eres como las tardes apacibles que me traen la calma y la ternura, como la lluvia suave que me arrulla, que me moja serena y que me cura. Tú no eres madrugada ni tortura, ni torrente que arrastra y aniquila, ni fantasma, ni abismo, ni neblina, ni palabras futiles y vacías. Eres de esos amores que no acaban, que en la quietud me lamen las heridas. Eres de esos amores como lagos que no ahogarán mis sueños ni mi vida. Eres como un remanso y un paisaje, bellos y quietos, vivos y vitales y yo te amo así, tal como eres, en mi alma y mi piel, libre, sin redes.
//***//
Cuando alguien te toca, sientes tu sangre reventar los cauces y convertirse en alas, flotar, quisieras apresar el espíritu de ese ser, descifrar su misterio, eternizarlo, destruírlo, crearlo, poseerlo, volverte reflejo, contener, ser contenido ... y suplicas humildemente que ese alguien, no se deje apresar.
Hasta aquí de ti, me lo digo cada mañana con la esperanza de volverlo realidad. Me lo digo cada noche sabiendo que te soñaré otra vez y lo repito a cada momento cuando estoy con ella y te veo de nuevo.
Ya basta de ti, ya basta de mí, de lo que fuimos sin ser y de lo que prometimos tantas veces. Basta del pasado que no es, del sueño al que desperté sin tu aliento. Ya basta de negaciones y evasivas, de promesas absurdas y de realidades funestas.
Ya basta, de llamarte sabiendo que no contestarás, de escribirte sabiendo que no lees, de leerte, sabiéndome a solas.
Ya déjame, permíteme dejarte, dejar de "soñarte, de pensarte, de beberte". Dime cómo, dame la llave que cierra las puertas de tus sueños por siempre, y te prometo, esta vez con la firme certeza de que cumpliré, prometo que a partir de entonces, podrás dormir tranquila.